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Siete razones por los cuales muchos creyentes no se irán en el rapto



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Uno de los eventos más esperados por los fieles del último tiempo es el rapto. Evento que tomará lugar en un momento dado cuando los juicios de Dios sean derramados sobre la tierra tras la aparición del hombre de pecado, el anticristo.

 

Como todos sabemos y hemos leído en las Sagradas Escritura, el rapto es una promesa para un grupo selecto de cristianos que se distingue por un denominador común: fidelidad y perseverancia. Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. Apocalipsis 3:10


Y esta fidelidad que Dios demanda está fuera de todo marco de concepción y presuposición humana. La fidelidad que Dios demanda es hasta la muerte. O sea, si tienes que decidir entre la fe y tus principios y lo que el mundo exige, prefieres la muerte antes de ceder en lo que el Espíritu Santo te ha dicho.

 

No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. Apocalipsis 2:10

 

La promesa del rapto aparece como un misterio escondido dentro de las Sagradas Escrituras tanto en el Antiguo como Nuevo Testamento.

 

En el Antiguo Testamento aparece tipificado en:

 

1.    Enoc quien fue arrebatado antes del terrible juicio del diluvio.

2.    Noé, que fue librado en un arca.

3.    Lot que fue sacado antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra.

4.    El pueblo de Israel que fue preservado en Gosén durante las terribles plagas de Egipto y luego sacado al desierto para estar con Dios.

5.    Elías, quien fue arrebatado en un torbellino de fuego.

 

Este misterio es revelado también al Apóstol Pablo cuando escribe a los Tesalonicenses:

 

Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; solo que hay quien al presente lo detiene, [el remanente fiel] hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida.  2 Tesalonicenses 2:8

 

Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.  Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. 1 Tesalonicenses 4:15-18

 

Cuando los ángeles fueron enviados a Sodoma y Gomorra para destruir la ciudad le dijeron a Lot:  Date prisa, escápate allá; porque nada podré hacer hasta que hayas llegado allí… Génesis 19:22  Mientras el justo Lot estuviera en la ciudad el juicio sería detenido por causa de él.

 

El rapto está implícito en la Biblia específicamente dentro de la parábola de las diez vírgenes, las Bodas del Cordero y la segunda aparición de Cristo al final de la gran tribulación para establecer su reino milenial en la tierra.

 

El Espíritu Santo está advirtiendo al pueblo del Señor sobre la hora inminente que vivimos. Hay que salir de la Babilonia que impera en esta hora. Hay que tener aceite en nuestras lámparas. Hay que arreglar nuestra vida con el Señor y ser sensatos como aquellas vírgenes que retuvieron aceite para la hora oscura cuando vendría el esposo.

 

Quiero hacer énfasis en, por lo menos, siete razones que impedirán que una persona se vaya en el rapto. ¿Por qué he categorizado estas siete razones? Porque a veces estamos como el fariseo que habló Jesús: Nos decimos a nosotros mismos yo no robo, yo no bebo, no adultero, voy todos los días a la iglesia, doy mis diezmos y ofrendas, etc. Pero si no hay vida con Dios, si no sacamos las zorras pequeñas, si somos negligentes, si estamos justificándonos continuamente corremos grave peligro espiritual.

 

1.   El abandono de nuestra posición o lugar celestial con Cristo Cuando el apóstol Pablo escribe a los Efesios les dice: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,   Efesios 1:3  …y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, Efesios 2:6

 

Quiere decir entonces que cuando te convertiste al Señor, Jesús te puso en un lugar de privilegio, te sentó en su mesa y te hizo parte de su círculo íntimo. Te unió al grupo de aquellos que le siguen a todos lugares. Esto es estar sentado en lugares celestiales.

 

El cristiano que se va en el rapto es aquel que está sentado en los lugares celestiales con Cristo, está en su lugar secreto. Pero lamentablemente, muchos creyentes han dejado su lugar. Están como David. La escena de David en el tejado comparte ciertos elementos con nuestra vida cristiana. David era un guerrero y nadie conquistó mayor territorio prometido por Dios que él. Pero escuchó consejos errados. Sus oficiales le dijeron: “mejor quédate y no salgas a la guerra.”

 

David siguió aquel consejo que no era sabio, no provenía de Dios y desde aquella posición de comodidad e indolencia fue tentado. Sus ojos se posaron en algo prohibido. El hecho de que David estaba en el tejado es mencionado dos veces en el verso implicando la gravedad del asunto. Hay un peligro espiritual cuando un creyente deja su posición en Cristo.

 

La iglesia de Éfeso es amonestada por Jesús por haber dejado esta posición en los lugares celestiales.  ¿Cuáles son esos lugares? Son los lugares de compromiso, responsabilidad, consagración, dedicación y entrega. Es nuestro primer amor donde no se admite ningún tipo de compromiso. Lo único que nos deleita es estar en la presencia del Señor. Pero lamentablemente los creyentes del día del rapto han cambiado esos lugares de deleite con Jesús por la internet, los juegos electrónicos, los afanes de la vida y otras trivialidades. Jesús les dice a los creyentes de este tiempo:

 

Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.  Apocalipsis 2:5

 

2.   El arreglo cosmético del cuerpo Quizás lo que voy a tocar sea controversial, pero todo lo que voy a decir está sustentado por la Palabra de Dios. No es la voluntad del Señor que el ser humano altere su apariencia personal. Ni el hombre ni la mujer. ¿Por qué? La Biblia es clara: Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza… Génesis 1:26 Si el ser humano está hecho a imagen y semejanza de Dios ¿por qué cambiar o alterar esa imagen gloriosa de nuestro Creador que ha sido cincelada en nosotros?


El misterio de Babilonia está impregnando el cuerpo de Cristo de una manera alarmante. ¿Qué espíritu está detrás del arreglo cosmético? ¿El arreglo de cejas en los hombres, manicure, pantalones ajustados en los hombres, tintes del cabello, cosméticos, tatuajes, maquillajes en las mujeres, estilización del cabello, pantalones en la mujer, tintes de pelo, pinturas, etc.? Este es el misterio de Babilonia.


El primero que desafió a Dios con estas prácticas fue Nimrod cuando quiso alterar su apariencia personal. Vemos entonces como todas estas culturas paganas prosiguieron con estas prácticas. En las pinturas egipcias específicamente, vemos hombres y mujeres que aparecen con sus cuerpos pintados y alterados. Y este espíritu que, conforme a la teología judía fue enseñado por los ángeles caídos a los seres humanos, está llevando a esta generación a los días de Noé.


La iglesia primitiva condenó el arreglo cosmético por su asociación con la seducción y el amor al mundo. No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. 1 Juan 2:15-17


Clemente advirtió a la iglesia de su tiempo. Ambos, Tertuliano y Cipriano amonestaron a las mujeres a que no usaran cosméticos y otras formas de embellecimiento pues tales prácticas provienen de los ángeles caídos y demonios y constituyen una renuncia a la hermosura de Dios. (Clemente: Paedagogus 3.2).


El lamento del profeta Jeremías es la queja del Espíritu Santo en esta hora de oscuridad espiritual en que vivimos:  Desapareció de la hija de Sion toda su hermosura; sus príncipes fueron como ciervos que no hallan pasto, Y anduvieron sin fuerzas delante del perseguidor.  Lamentaciones 1:6

 

Todos los que pasaban por el camino batieron las manos sobre ti; silbaron, y movieron despectivamente sus cabezas sobre la hija de Jerusalén, diciendo: ¿Es esta la ciudad que decían de perfecta hermosura, el gozo de toda la tierra?  Lamentaciones 2:15


Jesús advirtió a dos iglesias por el pecado de la doctrina de Jezabel. Y todos sabemos, por lo menos los de mi tiempo, que los pastores en épocas pasadas fueron enfáticos en establecer que esta doctrina se refiere al espíritu de seducción a través del arreglo cosmético.


Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto: Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras. Apocalipsis 2:18-20


El Espíritu Santo en el capítulo 3 de Isaías amonesta seriamente sobre el fin que deparará a la iglesia que ha sucumbido a este espíritu que ahora está operando en los hijos de desobediencia.


3.   Amargura La amargura es resentimiento del alma cuando no somos correspondidos de la manera que esperamos o que queremos. Todos somos afectados por el resentimiento de una manera o de otra, pero unos lo fertilizan en su corazón y otros deciden dejarlo morir. Las palabras que salen por la boca y muchas veces son lanzadas por las redes sociales son como espadas que quebrantan al Espíritu de Dios y atestiguarán en el día del juicio contra los que destilan su amargura a través de estos medios. Proverbios dice: Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina.  Proverbios 12:18

 

Lamentablemente muchos están en la cárcel de la amargura porque han quedado presos en los dichos de sus labios. Han permitido que la polilla de la amargura carcoma la lozanía de su vida espiritual.

 

Te has enlazado con las palabras de tu boca, y has quedado preso en los dichos de tus labios. Proverbios 6:2. En las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente. Proverbios 10:19


Jesús habló sobre esto usando una parábola donde nos explica que los que destilan amargura caerán en las manos de los verdugos. Algunos de estos verdugos son la depresión y el uso de opioides:


Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. A este, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.  Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.   Mateo 18:23-30


4. Los que incursionan en el conocimiento de lo que llaman las profundidades de Satanás. He tenido muchas experiencias sobre esta nueva tecnología que se desarrolla. En cierta manera el Señor ha abierto mis ojos espirituales para entender que algo siniestro se mueve detrás de toda esta tecnología. Es como el árbol de la ciencia del bien y del mal.

 

En algunas revelaciones el Espíritu Santo me ha mostrado principados y potestades espirituales del mundo de maldad que controlan toda esta tecnología. Y entiendo que cuando Jesús amonestó a la iglesia de Tiatira, a los que han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, se refiere a esta incursión que está haciendo esta generación hacia este sendero tenebroso de juegos, metaverse, películas, chateo, Facebook, Tiktok, etc. etc.

 

Nunca en mi vida había visto tanto niño atormentado por demonios como en esta hora. Hace un tiempo atrás fui a visitar a un niño de cinco años que estaba recluido en el hospital. Desde apenas dos añitos de edad vivía conectado a una computadora que le habían regalado sus padres. Aparentemente se había entrado a lugares satánicos. Mientras oraba por el niño comenzó a saltar de un lado a otro en la camilla pues no quería que le orara. Me decía que no quería oír de Dios y que no leyera la Biblia. Tuve que suspender la oración y con mi corazón apesadumbrado salir de aquel lugar pues el niño quería arrancarse el suero e intentó atacarme. Me fui no por miedo, sino para evitar confrontaciones con los padres que eran inconversos y las enfermeras. Ninguno entendía lo que estaba pasando, pero yo sí lo entendía.

 

5.    Los adúlteros y fornicarios espirituales  Estos son los que quieren, como decía un eslogan político en Puerto Rico: “lo mejor de los dos mundos.”

 

6.    Los muertos espiritualmente  Una persona muerta espiritual es aquella que ha contristado al Espíritu Santo. Y somos amonestados por el mismo Espíritu Santo a través del apóstol Pablo en Efesios 4:30: Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.


A estos muertos espirituales Jesús les dice: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto:    Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.


7.  Los tibios  Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.

 

Un manto de oscuridad caerá sobre esta humanidad. Jesús dijo que lo que vendrá caerá como un lazo. Muchos no se han preparado. Apenas tienes segundos para arreglar tu lámpara y llenarla de aceite para salir a recibir al esposo. La lámpara es nuestra vida espiritual y el aceite es la presencia y la unción del Espíritu Santo en nuestras vidas. ¡Arrepiéntete y vuelve a tu primer amor!

 
 
 

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